domingo, 31 de julio de 2011

La vida es sueño...

Esta semana recibí mi horno, mi primer horno de convección. El horno es parte de la cocina que estoy montando para mi futuro negocio. Un negocio que cada día tiene pies más grandes y una cabeza mejor puesta.
Cuando tenía 10 años y pensaba en qué sería cuando fuera grande, nunca pensé realmente que sería grande y tendría que ser alguien o algo particular.
Pero la vida pasa y sin darte cuenta cumples 27 y ya tienes que ser alguien. algo.
Qué caminos de la vida nos van guiando para ser lo que somos. el momento en que hice mi primer pastel de betty crocker, no me imaginaba que sería el inicio de un futuro repostero. Hoy, sólo puedo pensar en comida, en pasteles, en sabores que se mezclan y acompañan maravillosamente. Mermeladas, aderezos, marinadas.... harta cosa.
Tengo miedo, mucho. Iniciar un negocio es iniciar una relación de pareja. está la emoción inicial, el conocerse, el darse espacio y encontrarse en sus mejores galas, ver qué hay y qué no hay... pero también está el miedo de no funcionar, no ser compatibles, que no sean el uno para el otro. Uno le echa ganas a este asunto y espera que todo salga bien. Igualito al amor.... te avientas, esperando salir bien librado... y si las cosas salen mal, pues también habrá ruptura, sólo que de tu economía, pero está menos ogt eso que tener el corazón roto.
Ese sí te acompaña a todos lados, no como la miseria, si estás rodeado de buenos cuates y personas que te inviten de vez en cuando un gin&tonic cuando no tienes un centavo..
Me aventaré a este negocio con todas las ganas que se pueden tener... mi emoción es enorme, no puedo ni sé cómo plasmarla en letras... los moldes, la batidora, las mesas, los frascos, los ingredientes.. cada cosa es un amor distinto.... encontrar lo que se es, para lo que se nació, para lo que se ansía, se quiere, se desea... eso es lo que está pasando hoy conmigo y es lo que viene en el futuro... a ver qué sucede, cómo va la vida, cómo nos va...
Gracias a todas y todos los que han estado conmigo en este sueño que está a punto de iniciar, por su apoyo, sus palabras... gracias a mis papases que me han ayudado siempre y que además ayudan a financiar este asunto, en lo que esta su servidora consigue hacer sus centavos... no sé cómo ni con qué pagarles.... soy feliz y estoy rodeada de cosas buenas.
La vida es sueño, mi sueño es la cocina y por lo tanto la cocina es mi vida.

miércoles, 20 de julio de 2011

NY parte dos (o mil)

Estoy recuperándome de NY, volví hace poco más de un mes y lo que me causó está gestándose todavía. el corazón que llevaba puesto cuando aterricé, es uno diferente al que tenía cuando volví.
Que complicada se vuelve la vida de uno cuando el corazón se rompe por otras cosas y hay que pegarlo con lo poco que a uno le queda. En que momento a uno le queda poco... En el momento en que no produce mucho, supongo yo.
Los silencios neoyorquinos fueron los que más me dijeron. Me hablaron de mi futuro laboral, de mis esperanzas y me dijeron que dejara de esperar lo que no vendría.
Uno le agradece a los lugares el ponernos en cintura, el decirnos al oído, lo que nadie quiere contarnos.
NY me agradeció el cambio de vida, la pasión por mi carrera, el futuro que imagino. Alas neoyorquinas pa vivir la vida. Aterrizaje forzoso en otros rubros. Un corazón recubierto del acero de sus rascacielos.
NY me regaló el perdonarte a ti, a él y a mi persona. Los paseos en el parque, los museos y las calles me recordaban cosas lindas y cosas tristes.
El amor cobró un nuevo sentido y perdió el que esperaba. Pero al final, uno tiene lo que merece.
Yo tengo la cocina, creo que eso es lo que me toca, quisiera pedir un poquito más, pero creo que ya es gula.
Cada vez que cocine o cree algo, no pensaré en lo que ya no tengo, si no en lo que viene con ello. Llenando de argamasa un corazón que es vacío, que es cicatriz, que es vestigio.