Una de las civilizaciones más importantes de la historia, tuvo su asentamiento en Teotihuacan.... El nombre que no fue dado por ellos, si no por los Mexicas, como ciudad de Dioses, y es uno de los lugares más hermosos que he visitado a lo largo de mi corta (cortíiiiiiiiiiiiiisima jaja) vida.
Las pirámides del Sol y de la Luna son sumamente impresionantes. Cuando veníamos en camino, le señalé a Sara la localización de las pirámides y me dijo -Pensé que eran montañas-... y en realidad eso parecen, la semejanza arquitectónica con la naturaleza circundante, es asombrosa.
Leopoldo Batres, por comisión de Dn. Porfirio Díaz, decidió darle a Teotihuacan el impulso que requería un lugar de sendas dimensiones y por lo tanto, propuso, como solemos hacer los mexicanos, darle un "retoquito". Así a principios del S. XX, en un país con un conocimiento arqueológico incipiente, fue develada esta ciudad, que perdió en el camino y en el intento muchas de sus características originales.
La vegetación de la zona, había logrado que en realidad todo pareciera montes recubiertos de vegetación, el estucado rojo original, se había perdido y muchas de las paredes y otras características de la construcción, por el tiempo y el clima, se habían visto dañadas.
Se realizó una versión "novedosa y dramática" de la pirámide del Sol, evitando ya esa escalinata "simple" que venía de arriba hacia abajo, sin ninguna desviación ni otra cosa más particular, así que hoy podemos presenciar, una escalinata que muestra diversas variantes, un inicio lateral, con una bifurcación en uno de los "pisos" dados por los taludes y tableros, que hoy en día, no sólo soprenden si no, cansan al visitante que quiere subirse a la pirámide y admirar la impresionante vista.
Por supuesto, como buena anfitriona, tuve q subir con Sara, aún cuando mi miedo a las alturas accidentó ligeramente el ascenso, pues tuve q pausar algunas veces y además, rogar porque los otros turistas como nosotras, avanzaran rápidamente y no se quedaran a la mitad de la escalinata medio infartados y medio emocionados.
Subimos y como las otras veces, la vista era espectacular.... después de las típicas autofotos y de observar a nuestros queridos amigos de blanco cargándose de energía... decidimos bajar.. y como siempre... después de subir... venía el momento en donde cada escalón, te recuerda la fragilidad rotuliana y mis rodillas temblaban.. gracias a mi preparación como atleta de alto rendimiento, no hubo nada que lamentar. Jajaja, la verdad es q casi caigo como 2310 veces y tuve q asirme de extranjeros y mexicanos...
En el camino de subida, tengo q contar una historia al margen que es lo mejor que escuché en el lugar:
Muchacha descendiendo la escalinata, le comenta a su amiga que venía unos 6 escalones más atrás...- Es que sí oyes... Su hijo de Jorge, habla naquísimo... pobre niño...se han de burlar mucho de él en la escuela-
Tuve que contener mi risa por el resto del tiempo que estuvimos paradas juntas...
Descendimos y fuimos caminando hacia distintos lugares, donde los Chalchihuites, la obsidiana, los colores verde, amarillo, azul y rojo, pintaron nuestro camino. Quetzalcóatl y Tláloc, estaban allí representados y siendo admirados por muchos, que probablemente, no supieran quiénes eran.
Después, llegamos al patio de las Micas, una mezcla de minerales que al recibir la luz solar, lanzan un destello dorado que deja sin aliento. Eso recubría los pisos y nos permite hoy en día, saber que la adoración divina que había en Teotihuacan era muy lujosa.. para los dioses lo mejor y qué mejor que las micas, que venían de Oaxaca.
Por último llegamos al templo de Quetzalpapálotl... donde en el patio principal, además de las distintas representaciones de Quetzalcóatl como mariposa, podemos ver múltiples círculos de obsidiana, tallada a la perfección; está el patio, donde se llenaba el piso de agua y con ello se admiraban las constelaciones, porque además de unos artistas, era unos grandes observadores de las estrellas estos buenos hombres Teotihuacanos.
Así que pensar en una civilización capaz de construir algo como lo que acabábamos de presenciar, impulsores de un intercambio comercial sumamente unificador, con suelos dorados, glifos y pinturas hermosas, templo de Quetzalcóatl, adoración a Tláloc, la lluvia, la vida, el maíz, la fertilidad y la observación estelar... me hacían pensar...
"Caramba, que orgullo ser mexicana"
Si después de su increíble paseo por esta maravillosa zona de teotihuacan podrían pasar a degustar unos buenos platillos en el Restaurante la gruta ubicado en la misma zona, conocelo este espectacular lugar único en su tipo. Si quieres mas información visita La Gruta
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