martes, 28 de febrero de 2012

Jamin'

La mermelada me recuerda mi niñez... nunca fui fan de comer mermelada, pero recuerdo el olor a fruta mezclada con azúcar y me siento como si tuviera 7 años.. Veinte años después, me dedico a hacerlas..

 Hacer una mermelada, es lo más cercano a ser artesano... elegir la mejor fruta, limpiarla, pesarla, cortarla, elegir cuál será su acompañante perfecto... canela? vainilla? romero? alguna otra cosa? who knows.
...pesar azúcar y juntarla con la fruta... cubrir y refrigerar... depende del tipo de fruta será una noche, o dos, o cuatro... así.. una paciencia infinita.... revisarla cada día, colarla, hervir el jugo desprendido, resultante de el agua de la fruta saliendo y uniéndose con el azúcar y el limón que está allí para liberar la pectina natural de la fruta.... Ningún químico, ningún conservador.. NADA... todo tal cual.. productos naturales, frescos y maravillosos... esperar a que tome temperatura, textura, color...

Es un arte hacerlas... esperar a que todo salga como debe, cuando debe.. creo que esto, me ha llevado a ejercitar mi paciencia y a ser más apasionada en mi profesión.

Pensar en los nuevos sabores, qué fruta será la nueva estrella, quién será su acompañante. un deleite.

Un reto constante, un enamoramiento continuo, un amor para siempre (hasta que se acaba el frasco).. eso son las  mermeladas, para  mi <3.

Me hace feliz que la gente coma con gusto, que me digan que se terminaron un frasco en un mismo día, que la usaron para postres, regalos, acompañante de algo o simplemente a cucharada limpia.

Dejar un poco de uno mismo en un frasco (o en lo que sea que preparemos) es lo que nos hace trascender un poquito, claro, hasta que se termina la mermelada y volvemos a empezar.




5 comentarios:

  1. Cuando leí tus nuevos sabores me dio una emoción tremenda y mucha tristeza por esta maldita dieta. Yo amo las mermeladas, y no hay mejor placer en domingo que una taza de té negro, un pan con mermelada y el periódico.
    ¿Un día me enseñas a hacerlas?

    beso!

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  2. me uno al placer de las mermeladas. me recuerda que cuando estaba trabajando en martín berasategui, me robaba el pan que sobraba del servicio y comía a escondidas pan con mermelada en la madrugada. juanjo siempre me regañaba por terminarme el frasco en dos o tres días. cuando se terminaba el pan, seguía comiendo mermelada con los dedos. ¡queremos clase de mermeladas!

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  3. cuando quieras! nada me hace más feliz que ello.. say when.

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