Ya de camino al barco... cuando ya el sol no daba tan reciote (dirían en Dgo)
Uno de los cientos de edificios hermosos...
Perooooooooo... se me había olvidado escribir de dos ciudades q me enamoraronen mi viaje de enero .. la primera de ellas, es Montevideo.
Hace ya varios añitos, leí por primera vez a mi muy querido uruguayo, Mario Benedetti. En un cerrar de ojos, con el corazón abierto y muchas ganas de creer en algo, leí la Tregua. Me enamoré del amor de Santomé con Avellaneda, un amor práctico, poco elaborado y simple como un buen corte de carne. Narraba tanto de Montevideo, que quise conocerlo en ese segundo. Pero... pasó el tiempo y olvidé a Benedetti y mi primer encuentro con el amor q me hubiera gustado tener a los 14 años... narrado, fluido y continuo..nada de complicaciones.
Benedetti reapareció en mi vida ocasionalmente, con algunos poemas leídos en la prepa o algún desliz que tuve al rehojear la novela, una tarde lluviosa de domingo.
Y olvidé Montevideo.. Recordé Uruguay, el primer día que vi a un hombre cantar al micrófono en una ceremonia de los óscares.. voz magnífica, cara adorable y personalidad rojilla, rebelándose ante el sistema americano q había hecho a Antonio Banderas, cantar Al otro lado del río.. con un acento pseudo español , ya muy lastimado por la costumbre diaria del inglés... la letra de la canción hermosa, la interpretación, un menos 10 podría pensar.
Y fue así como conocí a Jorge Drexler, no lo había escuchado, he de confesarlo.. y me enamoré, de inmediato, abusé de la red de información y bajé todas sus canciones.. me llené de letras de amor uruguayas y soñé q lo clonaba y tenía un jorgito en mi casa para escucharlo cantar diario.
Pero, la clonación humana estaba prohibida y se acabó mi sueño. Y olvidé Uruguay de nuevo.
Hasta que un 17 de Enero de 2009 puse un pie en Montevideo y me enamoré otra vez.
La ciudad pintaba como pequeña, el calor estaba haciendo que muchos turistas se regresaran al barco, con tan sólo unos 50 o 60 pasos alejados del barco... la mayor estupidez para mi gusto, sí.. hacían unos 34 ° C, pero realmente a quién carajos le importaba.. era mi primera vez en Montevideo y tenía q conocer algo. Seguimos la "ruta turística" que no era muy compleja y que estaba acompañada a lo largo de toooodo el camino, por policías contratados especialmente para el turista...
Cuando escribo esta entrada, recuerdo mi sensación. Era como caminar en un lugar donde el tiempo se detuvo para todos, pero no para el mundo exterior. El pasar de los años se veía en los edificios. Una arquitectura, que no le pedía nada a ninguna ciudad europea, de hecho, la personalidad de Montevideo, es así... Ciudad Vieja se autonombra....
Los uruguayos son sumamente amables, agradables y muy serviciales. Me hicieron sentir en casa (bueno, no tan en casa porq luego mi familia agrandada está medio zafada y es como estar en un reclusorio) perooo.. así no son los uruguayos... de verdad que en Montevideo, la vida pasa a un ritmo distinto.
Caminamos, conociendo lugares donde el color de las hojas de los árboles es distinto, es un verde viejo, familiar. El asfalto es viejo, la música y el arte gráfico renovados.
En cada esquina hay un estudio de algún artista plástico, es una delicia. El arte de la ciudad vieja, renovada por los jóvenes montevideanos.
Hacía tanto calor q mi mamá y yo pedimos por piedad sentarnos a tomar algo. Mi papá pidió una Patricia (cerveza uruguaya con el nombre de mi madre), mi mamá pidió un licuado de ananás con agua (agua de piña vil) y yo una coca light y como eran las 11 30 am, era momento de pedir una milanesa napolitana... jajajja una marranada.. deliciosa, con ensalada y papas fritas.. excelente!! lo dividimos entre mi madre y yo.. para cuidar la línea y guardar hambre para lo que seguía...
Torres García, un artista uruguayo, me fascinó... compré unos portavasos con el poco dinero que me quedaba, sumamente baratos y muy hermosos. El artista obsesionado con peces, obligaba a mi persona q compra cosas con peces regularmente, a comprarlo.. es de esas cosas que mi signo zodiacal pisciano, me hace comprar en alguna ocasión.
Llegamos a una librería, donde mi papá pasó más tiempo que en otro lado y estuvimos hojeando libros. lo ayudé a comprar algunas novelas de uruguayos, vi los nuevos libros de benedetti, los cds de drexler q por mala administración ya no pude comprar (pude pedirle dinero a mi papá, pero ya era un abuso).
Ya era más tarde... casi las 2 pm y ya era hora de comer (sí.. ya tenía hambre... medio kg de milanesa napolitana se había esfumado con el calor y la hojeada literaria). Nos metimos a un lugar a tomar otra chela mi padre y yo, un agua mineral.. nos salimos 2 minutos después y llegamos a Don Pepperone... se veía según mi padre, con un super aire... entramos y en la puerta: Wi Fi Telmex... por lo tanto estábamos protegidos por nuestro millonario estrella. qué podría estar mal allí? Pues el aire acondicionado.. hacía un calor infernal. Pedimos salir a la calle abajo de las sombrillitas, por lo menos llegaba algún vientecillo ocasional y era mucho más fresco q el interior del lugar.
Nos tocó una mesera muy amable (no era nada particular con los uruguayos), nos sentamos y pedimos una ensalada caprese, buena... una pizzeta de jamón crudo (jamón serrano pues)... muy buena.. como me gustan las pizzas.. delgadas y crujientes... pedí para tomar un medio y medio.. de 375 ml... cabe aclarar q terminé en estado inconvenientemente hilarante y me reía por todo... jajajajaja de postre.. un helado de fredos.... una bola de frambuesa y otra de chocolate blanco... excelso!!!
Seguimos caminando.... ya con menos calor, con un montevideo con un color más relajado, una luz q el sol le daba a cada edificio en mal estado, que me recordaba a una fusión austriaca-parisina-madrileña-dfeña pero como si hubiera sido comida por el tiempo y terminara con ellos... si el gobierno uruguayo, destinara dinero a renovar la ciudad, podría, sin temor a equivocarme, convertirse en una de las más hermosas ciudades del mundo.
Aún así, es hermosa, tranquila y con buena comida.
Pasamos por último a una tienda de artesanías... compré anillos y un plato, hasta el momento, la más bonita artesanía (mejor que en Chile y Argentina...)
Nos dijo un taxista... Uruguay es la piedra en el zapato para Brasil y Argentina... No sé si pueda llamarse piedra, a algo q parece más como un diamante pequeño en mis memorias.
Volvería a Montevideo sin problemas, a leer, a comer y disfrutar de un buen helado, entrar a las galerías y a ponerle pausa al tiempo del mundo por fuera.. y relajarme en las bondades de la Ciudad Vieja.
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