sábado, 24 de enero de 2009

De ser joven siendo viejo....o de sufrir en silencio

Acabo de llegar del cine.... vi el Curioso caso de Benjamin Button, la primera cosa q quiero aportar es q Brad Pitt es el hombre más hermoso q haya visto en una pantalla de cine.... 2 escenas de ese filme guardaré para la película antes de mi muerte y una de ellas es él en moto recorriendo una carretera solo y con esa chamarra de piel q me hará tener una muerte más feliz y la segunda es él viendo a daisy en cama y ella diciéndole "eres perfecto" y yo y el resto de las mujeres en la sala y varios hombres también presentes pensando en q esa parte del guión era la representación de una verdad absoluta e incuestionable.
La verdad es q no soy fan de ir al cine... es más, seamos claros, lo detesto, me parece caro y prefiero la comodidad de mi cama y mi mantita para poder ver cualquier película. Pero desde q estoy soltera y hago lo q quiero, voy al cine 1 o 2 veces por año, y siempre pienso mucho q películas iré a ver... hoy en la tarde mi papá me dijo q si quería ir a ver esta historia (de la q no sabía nada nada) y me contó q era de un cuento corto de Scott Fitzgerald (sumado a Brad Pitt mi eterno hombre favorito, del cual tendría mi calendario de mecánico sin dudarlo) y decidí ir...
Cuando tenía novio iba al cine casi cada semana o por lo menos cada 15 días... nunca pude decirle q detestaba ir al cine.. fue como ir a casa de algún amigo y no contarle q no te gustan las lentejas y q te sirvan un plato de una y digas "deliciosas, las mejores q he probado" por educación e hipocresía social y luego cada vez q vas, te dan lentejas porq creen q eres fanático...
Así fue mi noviazgo con aquél y con el cine... nunca se habló la discordancia entre ambos, ni el molesto hábito de estar allí, sin nada en común, salvo la película q estaba viendo, q muchas veces lograba entretenerme y olvidar un poco en donde estaba, hasta q una bolsa de dulces o un sorbido de refresco o un masticar de palomitas me recordaban q estaba allí, en una sala q me importaba un bledo y q prefería estar en mi casa con mi mantita y mi almohada viendo la película y disfrutando de verdad.
Pero así como el ir al cine, transcurrió gran parte de mi vida. Sin cuestionamientos hice muchas cosas q no quería hacer... estudiar medicina tanto tiempo, noviazgos tormentosos, peleas familiares absurdas, escuchar historias q me lastimaban, dar consejos cuando no tenía ni la más mínima intención ni interés, leer libros de medicina y olvidar mis novelas favoritas, dejar de lado las vacaciones o ciertas cosas de comida.
Y un día, sin más aviso algo se rompió dentro de mí, un 29 de agosto recuerdo perfectamente, cuando tenía 22 años, me sentí de 60, frustrada, sin ganas, sin ningún tipo de ilusión; acababa de ver el mundo, había estado un mes entero viajando por España, comiendo miles de cosas, viendo a mis pintores favoritos, oliendo nuevas flores, tocando paredes sucias y asientos pegajosos del metro, tomando mucha sangría y bailando flamenco en las calles y todo ello me parecía sumamente lejano, me había despertado el alma y la sensación de posibilidad de mi existencia se hacía presente.... A los 22 años, tenía q empezar a decidir q hacer con mi vida, porque si no, seguiría con ese peso de 60 años, ese humor nefasto q manejaba hace tiempo, esa impaciencia, neurosis, tristeza y sensación de vacío. El mismo 29 de agosto hablé con mis padres sobre salirme de una carrera q me había consumido todo lo que más amaba de mí y estaba convirtiéndome en alguien q no quería ser. El 30 de agosto, realicé mi trámite de baja y el 3 de septiembre por petición de mis padres entré a terapia (su hija se había quebrado, algo tenía q estar pasando) y me cambió la vida de verdad.
Con una narración del estilo de uno de mis directores favoritos, Jean Pierre Jeunet:
El 29 de agosto de 2006, Mariana despertó con un dolor en el pecho. Lloró mucho y abrazó lo que venía, tenía que dejar la Medicina y bienvenir su futuro.
El 24 de Enero de 2009, Mariana despertó con más sueño y una sonrisa. No lloró nada y abrazó su almohada. Le decía hola a su presente y había ido al cine.
Su vida estaba en el camino q quería.... lo q antes parecía inalcanzable hoy era posible.
En la película de su vida, además de Brad Pitt en moto por una carretera vacía y una chamarra de piel, aparecerá ese dolor en el pecho de un 29 de agosto, que le cambió la vida y que le permitió saber q la próxima vez q tenga una pareja.... le dirá..."No me gusta ir al cine, pero si a ti sí... podemos negociar"..... Lo q he aprendido en la vida es q nada es un absoluto, salvo q absolutamente todos habremos de tener una película al final...
Ah bendito sea el tiempo.... el q ya no está y el q vendrá... hoy... no me arrepiento de nada

2 comentarios:

  1. Sí, esa imagen de la carretera y la chamarra de cuero creo que me acompañará también durante mucos años. Lo que no sé es qué tal fiel le sea la película al cuento corto. ¿Tú conoces el cuento?

    Me encanta que te guste mi blog. En serio que para mí significa mucho que haya alguien allá afuera, en el universo, que se identifique con algunas de las cosas que escribo o que pienso. Y ahora que nos damos cuenta de que, de cierto modo, compartimos nuestra infancia... me siento todavía más en sincronía :O)

    Habrá que dedicar un tiempo para tener una plática largo y tendido, ¿no? Seguramente nos toparemos en algo de cumpleaños de carlos... o no sé, en algo. Y si no, nos lo inventamos.

    Un abrazo grande

    Z

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  2. Amigaaaaaaaaaaaaaa, te quiero!! Y es un honor acompañarte en esta nueva vida! Ojalá todo tuvieramos el valor que tu tuviste ese 29 de agosto!

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