lunes, 26 de enero de 2009

Punta Arenas.. lugar de pingüinitos y marisquitos!!


En Punta Arenas lo más maravilloso son sus árboles, todos con formas desviadas y troncos torcidos por la fuerza del viento... es una delicia contemplar un árbol q se adapta a la naturaleza y se mueve con ella...Tomamos un tour por la ciudad con un taxista muy amable y ya "mayor" Don Arísitides... nos llevó a la bahía de Otway a ver pingüinitos en su hábitat natural... después de casi una hora de camino, por un terreno no pavimentado y sumamente empedrado y no apto para tener un coche nuevo o recién lavado, llegamos a un lugar lleno de pastos y pegado al mar... la verdad es q nunca había sentido un frío tan fuerte... el problema en realidad era el aire... al bajar del barco, la gente me veía con asombro por q traía orejeras, gorro, guantes, bufanda, botas, etc etc, todo el kit antártico pues.. (véanse fotos facebookeras) y con mis lentes oscuros (hacía un sol divino), pero q si no hubiera tenido esos lentes, seguramente hoy tendría un par de córneas congeladas...
caminamos y por el paseo encontramos a nuestro hospederos, los pingüinos magallánicos, a además de gorditos y hermosos, son unos haraganes y aman estar echados de panza y nadar.. (bien podría ser una pingüina magallánica) (tal vez lo sea y nadie me lo ha dicho)...
Salimos del lugar después de una hora y media de recorrido y de verlos danzar y bailotear por la playa... nos dirigimos al centro de la ciudad, al tour.. la verdad es q punta arenas no tiene gran cosa q ver.. hay una zona libre de impuestos, q mucha gente sudamericana tomó como base y se abasteció de dvd's, juguetes, etc... nosotros no fuimos y fuimos a su alameda.. pensemos en la alameda central, con los puestos de gorros, bolsas, suéteres.. etc... se parece igualito, diría mi abuela..
Nuestro amigo Arístides, nos llevó a un restaurante.... inicialmente era uno q no recuerdo el nombre, pero el hombre q estaba en la puerta (al cual me referiré para fines prácticos como.. imbécil) nos dijo del modo más grosero q estaba cerrado su restaurante... cuando uno es turista, es más sensible a los malos modos.. lo he comprobado con el tiempo... y acabamos comiendo en el restaurante de al lado.. SOTITOS... después de 8 cambios de mesa por falta de lugar y por venir con un menor de edad (mi hermano de 11), no podíamos ocupar la zona de fumadores (es por ley q un menor no puede estar en esa zona.. bien pensado por los sudamericanos)... además con el perdón de mis amigos fumadores.. wakala comer con el olor de cigarro... (ok.. wakala cualquier cosa con el olor de cigarro)

Ahora pues me dispongo a narrar la comida en Sotitos...
La foto de los limones es de un fabulosísimo plato de centolla... imaginen un plato de 5 cm de alto, de un color entre naranja y rosáceo, típico de la piel de un crustáceo cocinado... es una fusión entre langosta, langostino y un cangrejo.. q más puede pedirse. Está servidita sobre una cama de lechuga, q obviamente no me como, acompañaditas de ese limón amarillo que en México es correctamente llamado limón italiano (o amarillo) y de una salsa verde (perejil, ajo, cebolla, vinagre y limón, era excelsa!!!!)... es simplemente una grosería para el paladar, no le hace falta NADA...
La primera foto, es un maravilloso plato de Loco (abulón)... en todos los puertos anteriores, había sufrido su ausencia, porq estaba en veda... pero.. en punta arenas estaba, allí listo para ser comido.. era un plato de 3 piezas de loco.. a la vista parecía q podría estar ligeramente pasado y q tal vez su sabor no sería sumamente promisorio.. pero oh sorpresa... estaba magnífico....perfectamente suave, ligeramente dulce, con un sabor a mantequilla, exquisito... no le hacía falta ni sal... se cortaba perfectamente y se saboreaba mejor...
Después de eso, probé un albacore en salsa de limón q pidió mi mamá.. no fue mi favorito.. pero estaba muy bueno, la verdad es q después del loco y la centolla, nada podía sorprenderme ese día...
Después, pedí un cordero al horno (ya se les había acabado el asado al palo), y la verdad era muy bueno, tenía un sabor muy penetrante a cordero, q si no eres fan de esa carne, puede hacer q le des el plato a alguien más, pero acompañado de unas papas.. no le pedía nada a otro platillo para carnívoros... acompañé el cordero con el resto de la botella de Carmenere q había pedido... la verdad es q esa cepa para mi gusto se acompañó perfecto con todo.. no mató ni al loquito ni a la centollita.. y eso ya es harto decir.. también cabe aclarar q después de terminarme yo sola la botella, nada del maridaje importaba... toda la comida había sido exquisita... pedimos un postre (q tal con la marranez de mi persona q comí como 800 cosas) el postre era bastante malo.. era una "torta helada" y eran simplemente como 8 capas de helados distintos con un fondo de bizcocho de vainilla... nada especial, pero ayudó al rush azucarado y a salir muy feliz rumbo al barco, cantando por el vino y por el puerto.

3 comentarios:

  1. Obvio nooooooooooo.. eres una horrenda persona.. los pingüinitos no deben ser comidos nunca!!!

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  2. ¿Nunca? Otros animales se los comen, ¿no cuenta? ¿Si encuentras uno muerto? Eso último sí se vale, ¿no? No creo que tenga mucho sabor su carne de cualquier modo...

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